HA OCURRIDO EL DÍA 31 EN UTRERA (SEVILLA), Y ELEVA A 9 EL NÚMERO DE MUJERES ASESINADAS EN JULIO
.-El presunto asesino, marido de la víctima, ha sido por fin localizado y detenido por la Guardia civil.
.-La comunidad latina y nicaragüense de Sevilla organiza una concentración de repulsa por el asesinato de Vanessa, la última víctima de la violencia machista en el mes de julio.
.-El Ministerio de Igualdad convoca al gabinete de crisis por tercera vez en menos de un año.
Minuto de silencio a las puertas de la Diputación de Sevilla al mediodía de hoy y llamada a la comunidad nicaragüense y latina para que esta noche acudan a la concentración de protesta por el asesinato de Vanessa, la mujer nicaragüense de 22 años golpeada por su marido hasta perder la vida. La noticia saltaba sobre la seis de la mañana del último día de julio la Guardia Civil de Utrera (Sevilla) fuese avisada desde un domicilio del pueblo por una vecina que se hizo eco de los gritos de auxilio de la hermana de la víctima. Cuando los agentes llegaron a la casa de la calle Cristo de los Afligidos encontraron a Vanessa ya sin vida.
Los agentes buscaron a la pareja de Vanessa, su marido, cuyo nombre responde a las siglas N.A.C.T. y es de origen ecuatoriano, que se encontraba huido del domicilio y varias horas después dieron con su escondite siendo inmediatamente detenido. Ni Vanessa ni su agresor estaban incluidos en el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género, conocido como VioGén. Tampoco tenían antecedentes en los servicios sociales.
Este ha sido el noveno asesinato machista cometido este mes de julio que de confirmarse como tal, reflejaría una cifra de 32 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas en lo que va de año en España.
La concentración de repulsa por el asesinato convocada por la comunidad nicaragüense y latina de Sevilla está prevista para esta noche a las 21.00 horas en la céntrica Plaza Nueva de la capital.
NUEVE MUJERES ASESINADAS EN JULIO
Julio comenzaba con una escalada de violencia similar a la de sus últimos días. Durante el sábado día 1, y el domingo 2, en distintos puntos de España asistimos a una sangrienta sucesión de atentados mortales contra mujeres por parte de sus parejas o ex parejas. Las víctimas vivían en Salou, Pamplona, Burgos. Y en Alcalá de Henares (Madrid), coincidió con la detención de la pareja de María del Carmen, asesinada dos meses antes.
Los asesinatos machistas no cesaron esa primera semana del mes de julio y continuaron una vez iniciada la campaña electoral. El día 8, en Logroño, un hombre de nacionalidad siria que ya se encuentra en prisión, mató a su mujer e intentó ahogar a sus tres hijos menores en el río Ebro. El día siguiente, 9 de julio, una mujer de 38 años era asesinada por su ex pareja en Antella (Valencia), en presencia del hijo de ambos de 12 años. El agresor se suicidó después de cometer el crimen.
La siguiente semana continuó la masacre. El 19, cuatro días antes de las elecciones de 23J lamentábamos el quinto asesinato machista del mes: Carmen Cortés, de 54 años, trabajadora del campo, fue asesinada por su ex marido en Humilladero (Málaga). El agresor fue detenido en Antequera y confesó el crimen.
Ya pasadas las elecciones, el 28 de julio, se producía el 6º crimen machista del mes, en Girona. Sucedió en un piso céntrico residencia de la víctima. El que fue su pareja, ya también en prisión, confesó ante los Mossos d’Esquadra haberla asesinado.
Cuando apenas si habían pasado 48 horas del crimen machista anterior, el 30 de julio, de nuevo en Cataluña otro asesinato de género acababa con la vida de una mujer de 29 años que vivía en Barcelona, en la calle Sant Iscle del barrio del Turó de la Peira, en el distrito de Nou Barris. El marido confesó el crimen y el juez lo envió a prisión.
El noveno, como indicamos al principio, ha tenido lugar en Utrera (Sevilla) el día 31 de este fatídico mes que por fin terminó.
«SI EN LUGAR DE SER MUJERES LAS VÍCTIMAS FUERAN FUTBOLISTAS, HABRÍA UNA REVOLUCIÓN» (Ana Bella)
Julio ha sido uno de los meses de este año más negro y sangriento para las mujeres, con varios asesinatos machistas por semana. También lo fueron los pasados meses de marzo (2023), y diciembre del 22… Como en lugar de cesar, estos crímenes aumentan sin que nadie les ponga remedio eficaz, entre las mujeres empieza a crecer también la sensación de que las víctimas son las grandes ignoradas de nuestra política pese a la reiterada presencia en la reciente campaña del 23-J de promesas y mensajes en torno al feminismo y a la violencia de género en la inmensa mayoría de mítines y actos electorales.
De hecho, mientras estas nueve últimas mujeres eran asesinadas a lo largo del último mes electoral, los líderes y lideresas de todos los partidos mantenían el programa de su campaña sin intención alguna de interrumpirla, algo muy diferente a lo que se hacía en décadas anteriores cuando se producía algún atentado terrorista.
Es más, la acertada expresión «terrorismo machista» llegó a colarse a veces en los mítines cuando los/as candidatos/as hacían referencia a las agresiones sexuales o al rechazo o alabanza, según qué partido, de la Ley del sí es sí, también muy presente en esta y en la anterior campaña.
Pero lo cierto es que a este terrorismo feminicida nadie le aplica los mismos protocolos que al terrorismo organizado por grupos políticos, ideológicos, religiosos, separatistas o simplemente fanáticos. Esos terrorismos, tan generalizados como el machista que, sin duda, afecta también a las mujeres pero de forma indirecta, no como finalidad, y en cuyo combate los objetivos a proteger son mayormente masculinos.
Sólo en el debate de A3 del día 7, entre Sánchez y Feijóo, hubo una pequeña referencia y exigencia de condena por parte del socialista al asesinato de la mujer de Logroño que tuvo lugar ese mismo día, pero durante el resto de la campaña, poco más. El silencio político ante las mujeres asesinadas a lo largo del mes se hizo patente durante los quince días de petición de voto y sólo el poder local convocaba concentraciones de repulsa en sus respectivas localidades cada vez que se producía un crimen machista.
La ministra Irene Montero, que tuvo una escasa participación en la contienda por no figurar en las listas de SUMAR, la coalición de izquierdas, sí pudo dedicar algo de tiempo a encarar la escalada de feminicidios y de agresiones a las mujeres y niñas que estábamos viviendo desde mucho antes de que se iniciara julio y a través del ministerio de Igualdad mostró públicamente su preocupación. Pidió por medio de una carta “redoblar los esfuerzos para la prevención de la violencia” y la envió a las Unidades de Coordinación y de Violencia sobre la Mujer, al Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, locales de ocio y empresas diversas. En total 150 misivas con las que pedía una alerta especial para «garantizar a todas las víctimas una respuesta diligente, adecuada y efectiva”, pero de las que hasta ahora no conocemos ninguna respuesta.
Si las mujeres hemos sido escandalosamente carne de cañón durante los pasados 31 días, la política no se ha enterado. Estaba enfrascada en temas mayores y en discursos teóricos de sobra conocidos sobre el modelo de sociedad, un modelo que por cierto – salvo en lo que se refiere a Vox- acepta el feminismo, rechaza la violencia de género y persigue que las mujeres mejoren sus vidas. Sobre sus muertes por asesinato día tras día, escasas o nulas referencias.
El feminismo asiste atónito a esta masacre que no cesa pero no quiere, o no sabe, a quién pedir responsabilidades.
Públicamente no se manifiesta, o lo hace tímidamente, y mucho menos en campañas electorales donde todo puede ser interpretado en su contra. Los mensajes del miedo a la derecha han tapado en estas últimas semanas muchas bocas, incluidas las de quienes hubieran querido manifestar su descontento por la crisis interna del movimiento feminista, señalar culpables y exigir cordura en todos los frentes sociales y políticos.
Hoy la novedad es que el todavía ministerio de Igualdad ha convocado una reunión del Comité de Crisis contra la Violencia de Género integrado por los Ministerios de Interior, Justicia e Igualdad, comunidades autónomas y Unidades de Violencia, para abordar por tercera vez en este año las sucesivas escaladas de feminicidios que también sufrimos en diciembre pasado, en marzo 2023 y ahora en julio. A tenor de lo que hemos vivido y estamos viviendo este fatídico mes estival la eficacia de ese Comité sólo se me antoja comparable a la del Secretariado Internacional de la Lana. Pero no presagiemos y sigamos en la línea políticamente correcta -por cierto ¿hasta cuándo? ¿hasta que gobierne el PP?- o mejor, recemos por las futuras víctimas del odio y del poder machista.
Mujeres del Sur (Redacción)